Clarín
ESTUDIO DE LA FUNDACION EXPORTAR
Fue allí donde más aumentaron las exportaciones durante el 2005.
Por Marina Aizen|maizen@clarin.com
Créase o no, India, el país que le enseñó a tomar té a los ingleses, importa té argentino. Yerba también. Indonesia, un paraíso tropical, donde hay frutos de todos los colores y sabores imaginables, compra fruta aquí. Desde Rusia vienen a buscar huevos, y desde Malasia, otra potencia económica del sudeste asiático, pieles y cueros.
En 2005, Argentina logró exportar más de US$ 40 mil millones, un récord histórico. Pero, fue en Rusia y en Asia donde las ventas crecieron más que en ninguna otra parte, según un estudio de la Fundación Exportar.
Por ejemplo, en sólo un año, la variación de las compras encargadas desde Rusia fue de 128,39%. El problema es que exactamente el 55,70% de todas estas ventas corresponden a carnes. Y, como se sabe, el Gobierno, para intentar domar la inflación, prohibió las ventas externas de este producto por seis meses. No en vano, este tema provocó inquietud en la embajada en Buenos Aires.
Pero, Rusia también compra otras cosas, como frutas frescas, azúcar y artículos de confitería, pescados, hortalizas, tabaco, y —otra paradoja— bebidas alcohólicas. Se ve, que no todo lo que se toma es vodka.
En Indonesia, las exportaciones argentinas aumentaron 88,59% entre 2004 y 2005. Esto se debió principalmente a la venta de residuos alimenticios y preparados para animales. Pero, también, desde Yakarta llegaron órdenes por metales, cereales, semillas y frutos oleaginosos, fibras de algodón, pieles, frutas, grasas y hasta máquinas.
En China, cuyo gigantesco mercado interno lo convierte en la meca dorada de cualquier exportador, también es un caso interesante. En el «Reino del Medio» las ventas argentinas aumentaron 50,86% en sólo un año, y esto se debió, sobre todo, a los productos salidos del campo: semillas y frutos oleaginosos (léase soja). Pero, además, se mandaron grasas y aceites, pieles y cueros, y hasta papel, cartón, imprenta y publicaciones. Esto último, puede parecer curioso cuando muchos libros que hoy se compran en la Argentina vienen con el sello «made in China».
La India, por sus mil millones de habitantes, también es otro mercado soñado, y allí vienen picando fuerte las grasas y aceites, las pieles y cueros, los metales y las máquinas y aparatos de material eléctrico.
Pero, aunque estos mercados hayan dado un salto enorme en el último año, no significa tampoco que sean los primeros. El principal comprador de la Argentina sigue siendo Brasil, seguido por Chile y Estados Unidos. China está en cuarto lugar, luego están España, Holanda y México.
Justamente, México es un país cada vez con más hambre por productos nacionales. Un empresario acaba de ordenar 30 mil empanadas para una feria que se hará en Cancún. No es poco, para un país que se distingue por su exquisita cocina.
