Una manifestación de la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT) reunió ayer 243.000 personas contra la negociación del gobierno socialista con ETA. Ha sido la menos concurrida de las cuatro demostraciones convocadas por la AVT que actúa muy vinculada a la dirección del Partido Popular.
Los organizadores y la Comunidad de Madrid calcularon un millón de asistentes pero la Delegación del Gobierno disminuyó esa cifra a los 242.923 personas. El diario opositor El Mundo calculó 216.000 asistentes mientras que El País, de centroizquierda, puso unos 200.000.
Los máximos dirigentes del PP se hicieron presentes y su presencia centró la atención de la concurrencia quienes recibieron al líder de la oposición, Mariano Rajoy, con gritos de "¡Presidente, presidente!", cuando llegó a la Plaza de Colón. También acudieron dirigentes regionales y personalidades de las comunidades autónomas gobernadas por el PP. Hubo consignas y carteles críticos con el presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero y la vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega.
Los sondeos de opinión, recordó Rodríguez Zapatero, indican que la mayoría de los españoles son partidarios de una negociación de paz con ETA.
Rajoy declaró a los periodistas que los manifestantes "quieren la derrota de ETA y no un gobierno débil que claudique ante la banda terrorista, con la que de ninguna manera se puede negociar políticamente y pagar un precio".
En el desarrollo de la manifestación quedó en evidencia el conflicto interno en la derecha española en torno a la figura del alcalde de Madrid, del Partido Popular, Alberto Ruiz Gallardón. Cuando llegó al lugar de la concentración, el alcalde fue recibido con abucheos y gritos de "¡Fuera, fuera!", por algunos grupos mientras que otros lo aplaudían.
Las personas hostiles a Gallardón gritaron entonces "¡Federico, Federico!", aludiendo al periodista ultra Federico Jiménez Losantos, quien tiene un programa en la radio COPE, propiedad de la conferencia episcopal española. El periodista mantiene una posición radicalmente dura no sólo contra el gobierno sino contra el Partido Popular al que considera demasiado blando.
Ruiz Gallardón había pedido mesura y afirmó que la declaración de ruptura con el gobierno manifestada por Mariano Rajoy podía modificarse.
Jiménez contestó con un ataque a fondo contra Gallardón a quién calificó de "lacayo del PSOE" y "traidor al partido" y lo acusó de indiferencia frente a los 200 muertos y 1500 heridos, de los atentados de Madrid del 11 de marzo de 2004. Gallardón dijo que presentará una querella.
El locutor extremista, sin pelo en la lengua, también arremetió contra Mariano Rajoy a quien llamo de "maricomplejines", o "doña Complejos".
